miércoles, 1 de enero de 2025

Biología de las emociones. ¿Cómo las emociones se asocian al proceso de la enfermedad?


El cuerpo es inseparable de la mente, los neuropeptidos y sus receptores están en el cuerpo y la mente está en el cuerpo.

Podemos resumir que la comunicación entre lo que pensamos y lo que experimentamos en las células del cuerpo se da por medio de los neuropéptidos.

La Dra. Candace Pert, demostró que una determinada clase de células inmunes, tiene diminutas moléculas sobre su superficie llamada neuroreceptores, en donde encajan perfectamente los neuropéptidos.

El cerebro produce los neuropéptidos (que son cadenas de aminoácidos) y los envía por las células nerviosas distribuidas en todo el cuerpo.

Los neuropéptidos son como la llave que entra en las cerraduras moleculares de cada una de las células. Pert se refiere a ellos como “trocitos de cerebro” que flotan en el cuerpo.

El cerebro habla con las células del sistema inmunitario en todo el cuerpo y a su vez, las células del este sistema se comunican con el cerebro utilizando los mensajeros llamados neuropéptidos.

Cuando el cerebro interpreta percepciones físicas como enojo, miedo o depresión, cada una de las células inmune del cuerpo, conoce casi inmediatamente esa interpretación y además, estas células tienen cierto grado de memoria.

La memoria no solo está en el cerebro sino en todas las células del cuerpo, la reacción del estrés en el nivel celular, son influyentes y de largo alcance.

Por ej. El miedo, dispara innumerables reacciones químicas y físicas, activando más de 30 hormonas y neurotransmisores diferentes.

Pert descubrió un mecanismo que explica cómo afectan las emociones. Dice que nos afectan incluso a nivel celular y que gobiernan todos los sistemas del cuerpo.

Las investigaciones de los últimos 20 años, indican que las emociones afectan fisiología del cuerpo.

En la actualidad, en el paradigma meéico convencional se habla de serotonina y neuronas, y minúsculos centros de control de las emociones en el cerebro.

Las emociones se originan como un campo que fluye alrededor y a través del cerebro, formando una red de información completa; por lo cual las emociones no están aisladas en el cerebro y esto nos da la comprensión de cómo afectan, pueden influir la salud emocional en nuestra fisiología.

En el organismo hay más de 100 sustancias de “información” diferentes. Muchas de ellas son péptidos que actúan como receptores en la superficie de las células de todo el cuerpo.

La soledad, la depresión, la desconfianza, la hostilidad, el aislamiento, tienen efectos tóxicos para el organismo, Pert dice al respecto: “Tengo la noción de que la dicha es estimulada cuando participamos de relaciones íntimas y afectuosas; la razón por la que las emociones negativas como la soledad o la desconfianza, tienen efectos tan tóxicos, radica en que no son estados normales y naturales.”

Somos mamíferos y estamos programados para sobrevivir y contamos con químicos que nos ayudan. Estamos programados para tener fuertes relaciones humanas, así es como hemos evolucionado, a partir de grupos de individuos que mantenían este tipo de vínculos. Los que sobreviven hoy son aquellos cuyos ancestros lograron comunicarse y mantuvieron relaciones de afecto con los demás, con sus familias. En la actualidad, quizá las personas lo ignoren y crean que pueden prescindir de ello, pero seguimos teniendo la misma mente-cuerpo. La misma química que nuestros ancestros.

El amor es importante porque aumenta la capacidad de tolerar, soportar y experimentar sentimientos dolorosos.

Pert dice que es evidente que el amor y la intimidad afectan nuestra salud y nuestra supervivencia, pero no porque la mente afecte al cuerpo, según ella, no existe ninguna distinción fundamental entre la mente y el cuerpo. A este sistema lo denominó “Cuerpo-Mente” porque las emociones no están sólo en el cerebro, no acaba todo en la cabeza.

Según Pert, las propias células viven en completa intimidad. Prácticamente todas las células del cuerpo son sensibles, y cada célula está en comunicación con el resto para componer un todo único e integrado. De manera que el verdadero propósito de nuestras emociones, tal como los trasmiten estos péptidos (bioquímicos) es mantenernos en funcionamiento como un todo integrado.




Moléculas y emoción

Algunos mecanismos que conectan nuestras emociones y células:

Hay mecanismos para destruir los tumores que crecen naturalmente en el cuerpo todos los días. Las células de nuestro sistema inmune que se encargan de esta función, tienen receptores y expelen chorros de péptidos que son idénticos a las moléculas de la emoción, las propias células de cáncer, expelen chorros de péptidos y son moduladas por receptores que hay en la superficie, que les ordenan dividirse o no dividirse, hacer metástasis o no hacerla. Como los tumores forman parte de nuestro cuerpo, también están en la red psicosomática, en el flujo de información. Todo esto, en gran medida, es gobernado por nuestro estado emocional, nuestras moléculas emocionales.

Hay muchos experimentos que demuestran que estas células de tumores son moduladas por diversos factores de crecimiento, endorfinas, péptidos, y sustancias que se encuentran en el cerebro y el sistema inmunitario, realmente nuestro sistema inmunitario refleja nuestro estado de ánimo, nuestras emociones. Y el sistema inmune es muy importante, no solo en casos de cáncer, sino para combatir agentes infecciosos como los virus. Es importante vivir en un hogar integrado y sano, alimentado por las relaciones enriquecedoras para conservar la salud y evitar el deterioro del sistema.

Si se vuelve hiperactivo, da por resultado enfermedades autoinmunes, y si se vuelve hipoactivo, produce cáncer. Como dice Pert, es una falsa distinción separar nuestras emociones de nuestro sistema inmunitario.


La pregunta es:

¿Las moléculas producen las emociones o las emociones provocan la liberación de moléculas?

Las emociones modulan realmente los mecanismos de nuestro sistema inmunitario, que crean la trama de nuestro cuerpo.

Si nos cortamos, o quemamos, en pocos segundos llegan a esa zona, las “vigiladoras naturales”, nuestras células inmunes para reconstruir y cicatrizar el tejido: sueltan cantidades de péptidos y orquestan un mecanismo de reparación bien coordinado.

Nuestros mecanismos de cicatrización, son gobernados por las emociones, y si estas no se encuentran equilibradas, este maravilloso mecanismo de autorreparación, pierde su eficacia.

Hay experimentos que demuestran que si se infecta a algunas personas con el virus del resfrío, los que tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad son aquellos con menor contacto social. Esto es interesante porque ahora sabemos por las investigaciones de estos últimos veinte años que casi todos los virus usan los receptores de la superficie de las células para introducirse en ellas; además no pueden entrar en cualquier célula, cada virus tiene una envoltura de proteína que rodea su superficie, de modo que pueda vencer las defensas y entrar en las células especificas e infectarlas. Estos receptores son idénticos a los de la red psicosomática, muchos de ellos, se relacionan con los tonos emocionales.

Así, según la cantidad de químicos naturales que tengamos, la cantidad de sustancia ligante natural que haya para conectarse y adaptarse a receptores específicos, estas células pueden ser ocupadas o bloqueadas por la sustancia natural, impidiendo que entre el virus.

Se sabe que uno de los receptores que utiliza el virus que causa el resfrío, es el norepinefrina, sustancia asociada con la excitación, con la anticipación del placer. Cuando se tienen menor cantidad de esta sustancia (por ejemplo en personas maltratadas...) circulando en sus sistemas, esto deja un receptor vacío, a través del cual el virus puede entrar en la célula e infectarla. Esto puede ser una de las llaves que explique cómo el mecanismo emocional, influye en la situación.

Otra información importante es que si nuestras células reciben mensajeros químicos producto de estados emocionales negativos, aunque sigamos una dieta correcta o ideal, los nutrientes, no pueden ser asimilados eficientemente dentro del cuerpo.

Dice C. Pert que las emociones no son simplemente químicos que actúan en el cerebro, son señales electromagnéticas que afectan a la química y a la electricidad de cada célula del cuerpo.

El estado eléctrico del cuerpo, está modulado por las emociones, cambiando el mundo desde adentro.

La investigadora, sostiene que los estados emocionales, afectan el mundo fuera del cuerpo también: no somos simples pedazos de carne, estamos vibrando como un tenedor bailante y mandan vibraciones a otras personas, todo el tiempo emitimos y recibimos. Las emociones orquestan las interacciones en nuestros órganos y sistemas para controlar eso.

Los neurotransmisores, llamados péptidos, cargan mensajes emocionales, tal como nuestras emociones cambian la mezcla de péptidos, viajan a través del cuerpo y la mente y literalmente cambian la química de cada célula en nuestro cuerpo.

Nosotros aun pensamos en las emociones en términos químicos, y claro que son química, pero también son física, son vibraciones.

Los neurotransmisores son químicos, pero tienen carga eléctrica. Las señales eléctricas del cuerpo y la mente afectan el comportamiento, la interacción de las células y las funciones que realizan.

Los neurotransmisores tiene receptores en cada célula del cuerpo, de hecho son como minibombas eléctricas: cuando el receptor se activa por una molécula de emoción, pasa una carga a la célula cambiando su frecuencia química y eléctrica.

Pert dice que así como nuestras células individuales llevan una carga eléctrica, también el cuerpo entero (como organismo, como campo) genera electromagnetismo.

Todos tenemos una carga positiva en la cabeza y una negativa en los pies, y de hecho, nos mandamos mutuamente varias señales eléctricas o vibraciones.

Los mensajes electroquímicos se pasan de una célula a la otra, señales semejantes se pasan al resto del cuerpo, y cada una está cargada con sitios receptores, una clase de buzón de correos para estos mensajeros electroquímicos.

Todos estamos familiarizados con algún tipo de vibración, por ejemplo, cuando hablamos enviamos un tipo de vibración a través del aire que se percibe como sonido.

Cuando estás cerca de una fuente de energía, tiene un efecto más grande y disminuye conforme te alejas, cuando estas lejos no hay efecto.

Esto no es fácil explicar en palabras, es un nuevo paradigma que, básicamente te lleva a saber que no estás solo, que estás conectado con todos los demás, y las emociones son la llave. Estamos en un despertar, cambiando ampliamente el mundo alrededor nuestro.


Hay suficiente evidencia científica que demuestra que las emociones, desde un punto de vista neurológico, pueden alterarse por fallas en las estructuras que las producen, por fallas en los circuitos que las mantienen o por fallas en los neurotransmisores que las comunican.

Desde el punto de vista psicológico, pueden alterarse por fallas en su desarrollo, o por fallas en su expresión o regulación, generando dificultades en los mecanismos psicológicos que sustentan nuestra personalidad.

Esta es la causa por la cual es importante un tratamiento integral para abordar la movilización emocional en las personas que demuestran incapacidad para saber exactamente lo que sienten y poder expresarlo de una manera saludable.
S. Maruso



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