EL SISTEMA INMUNE



En Psiconeuroinmunología conocemos como el Sistema Inmune se encuentra interrelacionado con los otros sistemas del organismo en el modelo sistémico conocido como Red Psiconeuroinmunoendócrina.


Tanto el Sistema Inmune como el Sistema Nervioso son sistemas cognitivos interactivos y ajustan su sensibilidad a las interacciones con el entorno, el cual al ser reconocido activa y desencadena procesos de acción que no estaban predeterminados sino que dependen de la interacción momento a momento que se produce con el (entorno) ajustando su respuesta a las variaciones de este.

Por esta razón ambos sistemas presentan una gran plasticidad o variabilidad de actuación que no está predeterminada genéticamente.

Ambos sistemas también tienen en común el poseer memoria de largo plazo.

Clásicamente se ha considerado al Sistema Inmune como un sistema de defensa del organismo, capaz de reconocer “Lo Propio” de lo “No Propio”, y luego de este reconocimiento, emprender acciones destinadas a eliminar lo “No Propio”.

Asimismo se le ha considerado como un sistema autorregulado, es decir que solo depende de sí mismo para ejecutar su tarea.

Sin embargo, el Sistema Inmune y el Nervioso se encuentran integrados y son los responsables de nuestra identidad “Psicobiológica”. Las poblaciones de células inmunológicas van a comportarse de acuerdo a como la persona procesa sus vivencias psicosociales y culturales.



RECONOCIMIENTO DE LO EXTRAÑO Y VIGILANCIA INMUNOLÓGICA:

Lo reconocido como extraño pueden ser virus, bacterias, parásitos, células tumorales, células trasplantadas. En ocasiones, como sucede en una enfermedad autoinmune, el Sistema Inmune no reconoce a células propias como tales y busca eliminarlas.

Se conoce que el sistema inmune es el encargado de defendernos de las infecciones producidas por los microbios o microorganismos, o de células neoplásicas que aparecen en nuestro organismo.

Constantemente estamos expuestos a estos agentes patógenos pero en la mayoría de los casos la exposición a ellos no produce enfermedad.

Existe una vigilancia inmunológica en nuestro organismo que detecta a los microbios invasores o células neoplásicas y los elimina. Cuando este mecanismo falla se produce la enfermedad infecciosa o un cáncer.

Los microbios poseen distintos grados de patogenicidad, es decir, algunos son más infecciosos que otros. En otros casos tienen un bajo grado de patogenicidad y solo producen enfermedad cuando la persona presenta algún tipo de inmunodeficiencia como en el caso de la infección por VIH.

Para que todo esto se produzca el sistema inmune discrimina Lo Propio de lo No Propio, es decir que reconoce a las células que forman nuestro organismo y reconoce cuando células extrañas (trasplante), células modificadas (tumorales) o microbios se encuentran dentro de nosotros.

Después de este proceso de reconocimiento el Sistema Inmune puede orientarse a dos tipos de procesos:

Tolerancia, cuando la célula, el tejido o los órganos son propios, normalmente existe tolerancia inmunológica, es decir que el sistema inmune no reacciona contra ellos.

Activación Inmunológica, cuando el sistema inmune reconoce lo No Propio, bien sea células trasplantadas o microorganismos inicia mecanismos efectores que tienen la finalidad de eliminarlos.



¿QUÉ RECONOCE EL SISTEMA INMUNE?

El Sistema Inmune reconoce antígenos

Los Antígenos son proteínas, polisacáridos u otros componentes biológicos que forman parte o son producidos por seres vivos y que son reconocidos por el sistema inmune.

En consecuencia el reconocimiento inmunológico puede ser tanto de antígenos propios, como de antígenos no propios.

La diferencia está en que se tolera lo propio y se elimina lo no propio o extraño.

Los principales antígenos propios son los conocidos como Sistema HLA o CMH, los llamados antígenos de histocompatibilidad 1 o 2.

El Sistema Inmune está formado esencialmente por órganos, células y moléculas de comunicación, de reconocimiento, de adhesión y de citotoxicidad.



ÓRGANOS DEL SISTEMA INMUNE

Médula ósea:

En el interior de los huesos principalmente el esternón, la pelvis, el fémur, húmero, vértebras. En la médula ósea se forman todas las líneas celulares que constituyen el sistema inmunológico: Los linfocitos T, B, NK (Natural Killer), Polimorfonucleares, además se forman allí todas las otras células de la sangre, los eritrocitos o glóbulos rojos y los megacariocitos las células formadoras de plaquetas.



Timo:

Situado en el tórax detrás del esternón, es el lugar donde completan su maduración los linfocitos T provenientes de la Médula Ósea. En el Timo se adquiere la Tolerancia Inmunológica.



Bazo:

Situado a la izquierda de la cavidad abdominal, es uno de los lugares donde se produce la respuesta inmune.



Ganglios linfáticos:

Distribuidos en todo el organismo, se encuentran comunicados por vasos linfáticos. Las células inmunes circulan entre la sangre y la linfa a través de los ganglios linfáticos. Allí también se produce la respuesta inmune.

En Psiconeuroinmunología sabemos que todos los órganos inmunes reciben señales del Sistema Nervioso por medio de la inervación y de los contactos sinápticos que se realizan entre los terminales del axón con la membrana de linfocitos y macrófagos que residen temporalmente allí. Luego estas células pasan a circulación ya con la nueva información Psicológica y Nerviosa.



¿CÓMO SE COMUNICA EL SISTEMA INMUNE?

El Sistema Inmune se comunica a través de las CITOQUINAS o INTERLEUKINAS que son verdaderas “hormonas inmunológicas”, es decir que son secretadas a la circulación sanguínea o linfática y actúan sobre otras células o sobre si mismas comunicando señales para la activación de procesos intracelulares que pueden ser estimulatorios, inhibitorios o reguladores.

A diferencia de las hormonas o neurotransmisores que tienen un nombre propio la mayoría de las citoquinas son denominadas por numeración, Ej: IL 1, IL2, IL 6 (Interleukina 1, 2, 6, etc.)

Sin las citoquinas, el sistema inmune no podría funcionar.



¿CÚALES SON LAS CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNE?

El sistema inmune es el responsable de la identidad biológica de la persona “Yo Biológico”, posee la capacidad de reconocer como propias a todas las células normales del organismo y de reconocer y eliminar cualquier célula anormal o agente patógeno extraño como virus y bacterias causantes de enfermedades u otras moléculas reconocidas como no propias. Las células inmunes constantemente se están produciendo en órganos como la médula ósea, el timo, los ganglios linfáticos.



Las Células del Sistema Inmune son:


LINFOCITOS T:

Que pueden ser CD4 (Helper o colaborador) o CD8 (Citotóxico o supresor).
Los CD4 a su vez pueden ser Th1 o Th2 según participen en la inmunidad celular (Th1) o humoral (Th2) respectivamente, cada una de estas vías corresponde a un perfil distinto de citoquinas



LINFOCITOS B:

Son los productores de los Anticuerpos o Inmunoglobulinas. Las moléculas con especificidad de reconocimiento.



CÉLULAS NK (Natural Killer):

Las encargadas de la defensa Antitumoral y Antiviral. Estas células han sido muy estudiadas en Psiconeuroinmunología ya que presentan una gran sensibilidad a nuestro procesamiento Psicosocial.




MACRÓFAGOS:

Encargadas del procesamiento y presentación del antígeno a las células T, asimismo con acción de fagocitosis.



POLIMORFONUCLEARES:

Participan en la inmunidad y fagocitosis contra bacterias, hongos y parásitos. Hay de 3 tipos, Neutrófilos, Eosinófilos y Basófilos.



MASTOCITOS:

Participan en las respuestas alérgicas. Está probado que los estados emocionales pueden influir en las reacciones alérgicas.



MOLÉCULAS DE COMUNICACIÓN:

Todas estas células participan comunicándose y cooperando entre sí por medio de las citoquinas. Ej: IL 1 es producida por el macrófago, IL 2, 3, 4, 6, son producidas por los linfocitos T. Cada una de ellas envía una señal a las otras células induciendo una actividad determinada.

El sistema inmune produce moléculas de reconocimiento y protección como las inmunoglobulinas (Ig), también llamadas anticuerpos (Ac) existen de 5 clases distintas como la G, A, M, D y E.

La inmunoglobulina de clase A (IgA) protege de las infecciones respiratorias y digestivas y se transmite al recién nacido a través de la leche materna.

La de clase E (Ig E) está implicada en las respuestas alérgicas y antiparasitaria.

La de clase G (Ig) es la más abundante y participa en la inmunidad antiviral y antibacteriana.




ALGUNAS RELACIONES PSICONEUROINMUNOLÓGICAS

  • Todos los órganos inmunes se encuentran inervados por fibras provenientes del sistema nervioso autónomo y esta inervación es necesaria para su correcta funcionalidad. Esta inervación es de tipo bidireccional, con fibras aferentes y eferentes de modo que existe un “diálogo” permanente entre cerebro e inmunidad. Al poseer receptores de señales externas y enviar estas señales al cerebro, Blalock postula que el sistema inmune es un “sexto sentido”.
  •  Se han encontrado áreas cerebrales específicas que regulan la inmunidad. Más aún hoy se sabe que existe lateralización interhemisférica siendo el hemisferio izquierdo inmunoestimulador y el derecho inmunoinhibidor.
  • Respecto a lo anterior un estudio publicado en el 2006 en Alemania ha demostrado que los pacientes con ictus o accidente cerebro vascular ubicado en el hemisferio izquierdo presentan mayor frecuencia de infecciones intrahospitalarias debido a que ese hemisferio regula en más al sistema inmune.
  • Blalock descubrió que las células inmunes también producen y secretan neurotransmisores y hormonas, de modo que son un sistema neuroendocrino circulante.
  • Las citoquinas inmunológicas también actúan sobre receptores en el cerebro regulando conductas, emociones y funciones cerebrales como la plasticidad neural y el aprendizaje.

Los mecanismos inmunológicos de defensa pueden SER INNATOS O INESPECÍFICOS Y ESPECÍFICOS,


Respuesta inmune inespecífica

Se encuentran las barreras naturales como: Piel y mucosas, Motilidad intestinal, Secreciones como las lágrimas, la saliva, el jugo gástrico.

La respuesta inmune inespecífica se considera a la primera que se pone en acción en presencia de microorganismos y no está mediada por procesos de memoria inmunológica. En ella participan los polimorfonucleares neutrófilos, los macrófagos, las células NK (Natural Killer) especializadas en destruir células tumorales las cuales son de gran interés psiconeuroinmunológico por su gran sensibilidad frente a las variables psicológicas.

Todos los procesos inmunológicos actúan en consecuencia para defender nuestra integridad. 


Respuesta inmune específica

Ya hemos visto que el sistema inmune tiene la capacidad de reconocer antígenos, la región del antígeno que es reconocida se denomina determinante antigénico o epítope.

Las moléculas que utiliza el sistema inmune para reconocer los antígenos son las Inmunoglobulinas en el caso de los linfocitos B y los Receptores T en el caso de los linfocitos T.

Los receptores de antígenos son proteínas que se insertan en la membrana de la célula y poseen regiones constantes (cerca de la membrana) y regiones variables (hacia el exterior). Las regiones variables de reconocimiento de antígenos presentan distintas secuencias de aminoácidos que le confieren una configuración tridimensional o espacial.

La variabilidad está es que el sistema inmune constantemente produce miles de células de modo que es posible cubrir las posibilidades de distintos antígenos que pudieran presentarse.

Cuando ingresa un microorganismo (portador de antígenos), ya existen en el organismo células inmunes capaces de reconocerlo.

La variabilidad de reconocimiento se da por un proceso de recombinación genética a nivel del ADN del núcleo de las células inmunes en los genes que codifican para las regiones variables de las Inmunoglobulinas y de los receptores de linfocitos T. Este proceso de combinatoria genómica permite que con pocos cientos de genes las células inmunes pueden generar millones de combinaciones posibles de regiones variables.

(Para entenderlo mejor podríamos pensar en los populares juegos de azar donde en una tarjeta de 36 números el jugador elige 6 de ellos, y el ganador es el que acierta los 6 números elegidos. En este juego hay millones de combinaciones posibles de 6 nada más con 36 números distintos para elegir. Los 36 números serían los cientos de genes que codifican las regiones variables y los 6 números serían los exones elegidos en la combinatoria)


En conclusión, el Sistema Inmune está preparado para reconocer cualquier antígeno que ingrese al organismo, y siempre va a desencadenar una respuesta inmunológica para eliminarlo cuando detecta que es un antígeno que no nos pertenece. El problema es si esta respuesta que se inicia será o no eficaz para cumplir su cometido.

Tengamos en cuenta que las distintas variables psicológicas o acontecimientos vitales afectan positivamente o negativamente esta capacidad de protección frente a enfermedades infecciosas o tumorales. Estos factores psicológicos actúan a través de las vías de comunicación neuroinmunológicas)




NEUROINMUNOMODULACIÓN

COMUNICACIÓN Y REGULACIÓN RECÍPROCA ENTRE EL CEREBRO Y EL SISTEMA INMUNE

El fundamento principal de la Psiconeuroinmunología es la interrelación e integración funcional que existe entre el Sistema Nervioso y el Sistema Inmune.

Estos sistemas mantienen un “diálogo continuo”, que en general no lo percibimos conscientemente, pero que es esencial para nuestra supervivencia. Para que esto sea posible, las células inmunes deben poseer receptores para los neurotransmisores y las neuronas receptores para las citoquinas inmunológicas.

Ya se ha señalado que ambos son sistemas cognitivos interactivos y ajustan su sensibilidad a las interacciones con el entorno, el cual al ser reconocido activa y desencadena procesos de acción que no estaban predeterminados, sino que dependen de la interacción momento a momento que se produce con el (entorno) ajustando su respuesta a las variaciones de este.

Por esta razón ambos sistemas presentan una gran plasticidad o variabilidad de actuación que no está predeterminada genéticamente.

Asimismo el Sistema Inmune es considerado un sistema sensorial y un sistema neuroendocrino circulante “El cerebro líquido”

Ambos sistemas también tienen en común el poseer memoria de largo plazo.



LA INFORMACIÓN INMUNOLÓGICA TAMBIÉN SE CODIFICA COMO INFORMACIÓN NEURAL

El cerebro recibe las señales del sistema inmunológico transmitidas principalmente a través del nervio vago, también llamado neumogástrico (X Par craneal)

En este proceso las señales inmunológicas son transducidas en señales neurales que se propagan como potenciales de acción por vía axonal y dendrítica transmitiéndose neuronalmente a través de las sinapsis.

Estableciéndose en redes neuronales de activación y de memoria. La señal inmunológica queda codificada entonces, como información neurológica.

Las señales inmunológicas que llegan al cerebro le informan que tipo de antígeno se trata, su origen ( bacteriano, viral, injerto o transplante, e inclusive antígeno tumoral), así también le informa como se está desarrollando la respuesta inmune, su magnitud y duración.


El sistema nervioso integra la información inmunológica 
al procesamiento de las cogniciones, emociones y conducta.


El sistema nervioso integra esta información en redes neuronales en la corteza cerebral a nivel prefrontal, parieto-temporooccipital y límbica, la ínsula, giro cingulado, el hipocampo, la amígdala, el hipotálamo en sus distintos núcleos, el tronco cerebral, el cerebelo, cada una de estas localizaciones con diferente nivel de complejidad de procesamiento y selectividad para las diferentes poblaciones inmunológicas.

Las señales inmunológicas que son convertidas en señales neurales, son señales de identidad biológica, nuestro Yo Biológico.

El Sistema Inmune en un proceso continuo, reconoce la identidad de cada una de nuestras células y reconoce cuando esta identidad se encuentra en presencia de una identidad no propia.

Si la señal inmune se encuentra codificada como señal neural en el cerebro, podemos llegar a la conclusión que permanentemente el sistema inmune ha estado informando sobre nuestra “historia de eventos inmunológicos” al cerebro y esta información se encuentra codificada en redes neurales de memoria de largo plazo las cuales sirven para que el cerebro pueda confrontar los nuevos desafíos antigénicos con los antiguos y actuar en consecuencia con mayor velocidad y efectividad.

En un proceso continuo el Sistema Nervioso Central recibe información de la inmunidad, la procesa y envía la respuesta al sistema inmune modulando su actividad.

Codificada en redes neuronales, la información inmunológica es integrada a los eventos de procesamiento psicológico que se producen en el cerebro, tanto en lo cognitivo, como en lo emocional y conductual.

En los procesos de pensamiento y de imaginación el cerebro dispone de la información inmunológica.

Cuando hablamos de identidad psíquica o de nuestro Yo Psíquico, al tener también un sustrato neurológico, se encuentra codificada en redes neuronales. Creencias, valores, identidad cultural y social, historia personal, toda esta información es procesada por el mismo tipo de vías neuronales que procesan información inmunológica.



INTEGRACIÓN PSICOINMUNOLÓGICA

Llegado a este punto podemos entender que nuestro Yo Biológico (Lo propio biológico) y nuestro Yo Psíquico (Lo propio psíquico) se encuentran codificados en el mismo sistema de información en redes neuronales y que el cerebro se encarga de fusionar y de integrar esta información en una Unidad Psicobiológica o Unidad Mente-Cuerpo.

A partir de esta comprensión podremos explicar cómo los pensamientos y las emociones influyen en la inmunidad.

Y como los eventos inmunológicos influyen en la cognición, conductas y emociones.

Podremos comprender como los eventos procesados en nuestro cerebro tienen su correspondiente correlato en el funcionamiento inmunológico y esto es recíproco respecto a cómo la inmunidad influye en los eventos neurológicos y psicológicos.

Visto que el sentido teleológico de la Psiconeuroinmunomodulación es el de la integración mente cuerpo, en el cual en los procesos de pensamiento, imaginación y emociones el cerebro dispone de la información inmunológica.
De modo similar a los sistemas sensoriales, el Sistema Inmune posee receptores, vías aferentes neuronales, procesamiento en redes corticales y subcorticales y señales eferentes de regulación.

Nuestras creencias, valores, identidad cultural y social, historia personal, toda esta información es procesada por el mismo tipo de sistemas neuronales que procesan la información inmunológica.

En esta forma de ver la relación psicoinmunológica, las conductas psicosociales van directa e intimamente ligadas a las conductas celulares inmunológicas, las cuales resultan ser conductas citosociales y citoculturales.
La cognición, emociones y conductas sociales del individuo tienen una expresión funcional en su sistema inmunológico.

A partir de esta comprensión se puede entender cómo los pensamientos y las emociones influyen en la inmunidad. Y como los eventos inmunológicos influyen en la cognición, conductas y emociones.


Algunos ejemplos que pueden ser explicados por la integración Neuroinmune:

 Una persona que tiene deseos de desaparecer, baja autoestima, autoodio, de pronto desarrolla una enfermedad autoinmune.

 Persona con cáncer con una fe intensa en su recuperación, presenta remisión espontánea.

 Persona infectada con VIH con esperanza, actitudes positivas, participa en grupos de ayuda mutua, realiza acciones altruistas, presenta larga sobrevida.

 Persona con cáncer que comienza a realizar ejercicios de visualización de su sistema inmune donde imagina que sus células inmunes destruyen a las células tumorales, y al cabo de un tiempo comienza a disminuir el tumor.

 Estudiantes universitarios ven un video de amor altruista de la Madre Teresa de Calcuta, y al cabo de una horas se encuentra que su inmunidad ha mejorado.

Estos son casos para los cuales no se encuentra una explicación si se ven con los parámetros de la biomedicina convencional, pero que si podemos comenzar a comprender cuando conocemos la realidad de la comunicación neuroinmunológica y la literal integración PsicoInmunológica en redes neuronales donde la información psíquica e inmunológica es una sola.


Lo dicho hasta aquí está basado en los descubrimientos de las vías de comunicación anatómicas y fisiológicas que conectan el Sistema Nervioso con el Sistema Inmune, donde se nos presenta como un único Supersistema Neuroinmune y que la histórica división de estos sistemas resulta ser artificial debido al desconocimiento previo de sus interacciones, pero que a partir de ellos en un futuro van a ser considerados como un solo sistema integrado a la actividad psíquica, es decir un único sistema Psiconeuroinmunológico.

Fibras simpáticas y parasimpáticas del sistema nervioso inervan todos los órganos del sistema inmune: Médula Ósea, Timo, Bazo, Ganglios Linfáticos.

En ellos las fibras nerviosas ingresan y los axones se dirigen al parénquima y estroma de los órganos. Dentro de los órganos linfáticos se establecen verdaderas Sinapsis Neuroinmunes entre los terminales axónicos y las células inmunes como los macrófagos o linfocitos.

Allí en estas sinapsis se liberan Neurotransmisores clásicos como la Noradrenalina, Dopamina, Acetilcolina y Neuropéptidos como las Endorfinas, VIP, Sustancia P, NP Y, Somatostatina, entre otros. Estos actúan sobre receptores ubicados en las membranas de las células inmunes.

Recordemos que las células inmunes circulan por todo el organismo a través de la sangre y la linfa, con periodos de residencia en los órganos inmunes donde se originan y reproducen. Los macrófagos también tienen periodos de residencia fuera de los órganos inmunes.

La Sinapsis Neuroinmune fue descubierta en los 80 por un equipo de neurocientíficos dirigidos por David y Suzane Felten en Rochester University, esto constituyo un descubrimiento que desafiaba décadas de investigación científica convencional relacionada al sistema inmune. No había conocimiento previo de una vía de comunicación tan directa entre ambos sistemas, literalmente se encontraban unidos.


Fuente: Dr. Jorge Santiago
IPPNIM (Instituto Peruano de Psiconeuroinmunología y medicina Mente Cuerpo)


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