jueves, 21 de enero de 2021

Comunicación Cuerpo-Mente


Hasta no hace mucho tiempo, mientras la medicina y los experimentos neurocientíficos se ocupaban del cerebro humano, la psicología se dedicaba fundamentalmente a la observación, la medición, la clasificación y la terapia del comportamiento humano.

Los psicólogos y los biólogos parecían ser habitantes de mundos distintos. Afortunadamente, esto está cambiando lentamente.

Todo cuanto sentimos y pensamos es el resultado de complejos procesos de asociación e interacción de las células nerviosas del cerebro, que a su vez se comunican mediante fibras nerviosas y hormonas con el sistema inmunitario y las glándulas de secreción interna.

El universo de estímulos capaces de modificar el curso de nuestra biología recién está empezando a reconocerse en el ámbito científico y, gracias a esta concientización, es posible decir que muchas enfermedades tendrán una evolución distinta si empleamos recursos propios.

Todo puede transformarse en oportunidades. Contamos con un enorme potencial para sanar.

El cuerpo y la mente están íntimamente ligados y su interacción ejerce una profunda influencia sobre la salud y la enfermedad.

Las emociones cuando las reprimimos, vulneran nuestro sistema inmune, al igual que el estrés y las creencias insalubres que se instalan en nuestro cerebro en forma de redes neuronales, determinando respuestas adictivas a nuestra forma de percibir y reaccionar en la vida.

Podemos adquirir plasticidad biológica y biopsicosocial para enfrentar situaciones adversas y salir fortalecidos. Esto es resiliencia, la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas.

Ya no podemos negar que las actitudes, hábitos, los estados emocionales (desde el amor hasta la compasión, desde el miedo hasta el resentimiento o la rabia) pueden desencadenar reacciones que afectan la química interna, optimizando o debilitando nuestro estado funcional.

Nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones. Cuando aprendemos como se crean estos hábitos tóxicos que nos afecta en la vida y que están instalados en nuestras redes neuronales, podemos acabar con ellos y además, reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que podamos tener nuevos comportamientos más saludables en nuestra vida.

El cuerpo es como un mensajero, nos alerta constantemente cuando algo de lo que pensamos, sentimos o imaginamos, es bueno o no para nuestra biología, mediante indicadores somáticos de bienestar o malestar, que, generalmente ignoramos.

Podemos aprender a movilizar sustancias químicas (drogas endógenas) para mover el curso de nuestra biología.

Estas drogas endógenas (internas) pueden ser antidepresivos, estimulantes, ansiolíticos, analgésicos, etc., esta es un área rica y poco difundida.

Aprende más en:


www.centroelim.org



martes, 19 de enero de 2021

El abrazo de la Mariposa (para ansiedad- estrés...)


El abrazo mariposa es una técnica del EMDR que se utiliza con muy buenos resultados en casos de etrés post-traumáticos: fobias, ansiedad, miedo, inseguridad, estrés, etc. 


¿Qué es EMDR? 

Movimientos Oculares de Desensibilización y Reprocesamiento (EMDR) es un método psicológico que se utiliza para tratar dificultades emocionales que fueron causadas por experiencias difíciles en la vida de la persona: guerras, asaltos, catástrofes naturales, fobias, ataques de pánico, traumas de la infancia, miedos, angustia, etc. 

Es un método complejo que combina elementos teórico-clínicos de orientaciones tales como la psicodinámica, cognitiva, conductual y Rogeriana. 

En 1987, la psicóloga norteamericana, Francine Shapiro, observó que los movimientos oculares en ciertas condiciones pueden reducir la intensidad de los pensamientos perturbantes. 

Inició una investigación en 1989 con personas traumatizadas por en la guerra de Vietnam y víctimas de abuso sexual, para medir la eficacia del EMDR, y comprobó que se reducían de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático.

Desarrolló este método terapéutico que utiliza la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos, cambiar creencias autolimitantes y desensibilizar emociones y sensaciones negativas.


La estimulación bilateral puede ser: 

a) visual, el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta;

b) auditiva: el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos; 

c) kinestésica, el terapeuta golpetea suavemente y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente. Esto facilita la conexión entre los dos hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la disminución de la carga emocional.

El abordaje empleado en EMDR se sustenta en tres puntos: 

1) experiencias de vida temprana; 

2) experiencias estresantes del presente y 

3) pensamientos y comportamientos deseados para el futuro. 


Una de las técnicas más sencillas de EMDR que puede ser utilizada eficazmente por uno mismo, es la siguiente: 


El Abrazo de la Mariposa. 

Es un método de autorregulación emocional.

Este recurso, fue originado y desarrollado por Lucina Artigas, durante el trabajo realizado en Acapulco, Guerrero (México), con los sobrevivientes del huracán Paulina en 1997. 

El Abrazo de la Mariposa, es una Estimulación de Atención Dual (EAD) que consiste en cruzar los brazos sobre el pecho. La punta del dedo medio de cada mano debe de quedar bajo la clavícula y el resto de los dedos y la mano deben de cubrir el área que se encuentra debajo de la unión de la clavícula con el hombro y de la clavícula con el esternón, para ello, mano y dedos deben de estar lo más verticalmente posible (los dedos dirigidos hacia el cuello y NO hacia los brazos). Una vez hecho esto, se pueden entrelazar los dedos pulgares (formando el cuerpo de la mariposa) y los otros dedos formarán sus alas. 

El abrazo de la Mariposa estimula diversos puntos de acupuntura: Meridiano del Riñón 23, 24, 25, 26 y 27 y Meridiano del Estómago 13, 14, 15, 16 y 17. Cada uno de ellos con muchos beneficios. 

1- Elije un lugar cómodo y tranquilo, aireado. Asegúrate que no serás interrumpido en los próximos 15 minutos. Busca una posición cómoda, puede ser sentado o tumbado. 

2- Cruza tus manos sobre el pecho, cruzando los pulgares a la altura del esternón. Tus manos tienen que quedar sobre los pectorales para que puedas realizar tapping (golpecitos con los dedos). 

3- Ahora te concentras en tu respiración hasta que sea lenta y profunda. No es necesario que retengas el aire, la respiración tiene que ser fluida, a tu ritmo, y la mantienes así durante todo el proceso. 

4- Enfoca tu mente en una situación que te genera malestar, una palabra o imagen que defina lo que te produce estrés. (Si sólo buscas quitarte el estrés momentáneo, sólo relájate sin fijar la mente en nada en particular.) 

5- Cuando la tengas... Inicias el tapping, es decir, golpea suavemente con las yemas de tus dedos primero en un lado y luego en el otro, de manera alternada (no los dos a la vez). Permanece unos minutos centrándote en el problema y haciendo tapping. Cuando lo consideres oportuno chequea cómo te sientes, como se siente tu cuerpo. 

6- Recuerda el hecho traumático y detecta si ha disminuido su respuesta negativa. 

7- Repite el proceso anterior hasta completar al menos unos 15 minutos. Al finalizar los 15 minutos la respuesta negativa debiera haber disminuido en forma considerable. Puedes medir la intensidad de 0-10, antes de iniciar el tapping y otra vez después, al terminar. 

8- Repite la técnica de dos a tres veces en el día si estás trabajando sobre un hecho intenso. De lo contrario, es suficiente practicarlo una vez al día, durante una o dos semanas para hacer desaparecer la respuesta corporal traumática.



imagen tomada de internet


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