Cada vez que mueves tu cuerpo y cambias tu postura, cambia tu fisiología, el funcionamiento básico de los sistemas de su cuerpo. Eso implica cambiar la actividad de tu sistema nervioso autónomo y tu nivel de estrés y tu estado emocional. Mover el cuerpo es excelente para crear nuevas neuroredes de resiliencia.
Algunas prácticas que puede explorar:
1. Agarra y suelta:
Lleva tu conciencia a tus manos, y lentamente tensa tus manos cerrando los puños, y luego libera la tensión abriendo tus palmas.
Repite este ejercicio de soltar la tensión un par de veces. Nota cualquier cambio en tu estado interno.
2. Relajación muscular progresiva:
Consiste en una yuxtaposición de relajación y tensión, en la cual vas tensando un grupo muscular, contando 7 segundos, relajando ese grupo muscular, contando hasta 15.
Relajar dos veces el tiempo de la tensión, ayuda el cuerpo a relajarse, es una herramienta muy efectiva para dormir en la noche.
Realiza este cambio de tensión a relajación en cada parte de tu cuerpo, comenzando por la cabeza, y terminando en los dedos de los pies.
3. Sonríe o frunce el ceño:
Coloca un lápiz entre la nariz y el labio superior; eso te hará fruncir un poco el ceño. Luego coloque el lápiz entre los dientes; y eso te hace sonreír un poco. Cuando practicas esa secuencia lentamente, puedes experimentar y notar cambios en tu cuerpo y tus emociones.
4. Posición empoderadora:
Párate erguido con los pies plantados firmemente en el suelo, separados al ancho de las caderas. Estira la columna vertebral, levanta el pecho, levanta la cabeza y estira los brazos por encima de la cabeza.
Mantente conectado a la tierra a través de tus pies, caderas y torso, y siente cómo la energía sube por la columna vertebral, a través de los brazos y la coronilla hacia el cielo. Lo que hace que la energía suba por la columna vertebral es la parte más importante de la pose.
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