martes, 7 de mayo de 2024

Desaprende el dolor crónico- Reentrena tu cerebro

Síndrome mente/cuerpo- enfermedades psicosomáticas.

El dolor real, puede ser causado tanto por estados de enfermedad física, como por procesos neuroplásticos que activan circuitos neuronales aprendidos, cosa que se daría en un trastorno psicofisiológico.


Cualquier dolor se experimenta en el cerebro.

El cerebro puede desactivar el dolor, incluso cuando el cuerpo esté lesionado o tenga algún daño en los tejidos.

Igual, el dolor puede ocurrir cuando no hay lesiones físicas o daños en los tejidos, esto es muy común.

El dolor no está en la cabeza, está en el cerebro!

El cerebro, puede crear una amplia variedad de síntomas leves o severos, en cualquier zona del cuerpo.

Los síntomas, no están en tu cabeza, son reales, son causados por un conjunto de conexiones neuronales aprendidas que han sido sensibilizadas y son causadas por el Síndrome Cuerpo/Mente.

Uno de los aspectos más difíciles de entender de este síndrome, es que los síntomas pueden ser muy severos, aunque no haya un daño patológico o lesión física o problema psiquiátrico grave.


El cerebro subconsciente es la fuerza motriz de las reacciones psicofisiológicas. El subconsciente controla nuestras funciones corporales para protegernos y ayudarnos a adaptarnos a nuestro entorno. Nuestras reacciones a nuestro entorno, dependen tanto de la codificación innata de nuestro cerebro, como de la aprendida.

A lo largo de nuestra vida, nuestro cerebro aprende a responder a situaciones potencialmente peligrosas y como Hebb apuntó: las neuronas que se activan juntas, permanecerán conectadas, es probable que esas vías neuronales se disparen cuanto más se activen.

El subconsciente controla no solo las respuestas a nuestro entorno, sino también lo que percibimos.


El dolor es un mecanismo de protección. El cerebro intenta decirnos que estamos en peligro, intenta protegernos, sin embargo en el síndrome mente/cuerpo, la amenaza no es una lesión física, sino más bien, algún tipo de situación social que nuestro cerebro, ha decidido que es peligrosa, pero los síntomas no son imaginarios.

El propósito de los síntomas, es que hagamos algo. Cuando conseguimos descubrir que ciertos síntomas son realmente mente/cuerpo, la mente a menudo crea nuevos síntomas (o resucita los viejos), entonces te preocupas por los nuevos síntomas, te preguntas si hay algo físicamente averiado en tu cuerpo (cerebro incluido), te inquieta que los médicos no detecten algo, dudas del diagnóstico “síndrome mente/cuerpo” y te concentras en los síntomas todo el tiempo, estos pensamientos obsesivos, son otra forma del síndrome, nuestras mentes crean más miedo.

Está comprobado en estudios neurocientíficos, que cuando experimentamos situaciones difíciles o estresantes, especialmente si hemos tenido un estrés significativo en una etapa anterior de la vida y si no podemos expresar o mostrar cómo nos sentimos, estaremos en riesgo de que nuestro cuerpo experimente dolor.

A veces la señal dolorosa que experimentamos, puede estar distorsionada, y la intensidad con la que recibiremos esta respuesta amenazante (dolor) vendrá modificada y/o alterada por nuestra forma de ser y multitud de factores psicosociales.

Hay que ir a la causa del síndrome: las conexiones nerviosas dolorosas que han sido aprendidas por el cuerpo-mente.

Las áreas del cerebro que se activan por lesiones físicas, son exactamente las mismas que lo hacen por heridas emocionales. Los recuerdos emocionales son permanentes (hasta que se gestionen): las heridas que ocurrieron en el pasado, no desaparecen simplemente con el paso del tiempo.

Las lecciones aprendidas los primeros años de vida, crean improntas que se almacenan en la amígdala y en otras áreas del cerebro. Si en la tierna infancia tuvimos traumas severos psicológicos, los síntomas del síndrome pueden comenzar inmediatamente y son susceptibles de persistir por muchos años,

Pero a menudo, el estrés emocional padecido en los primeros años de vida, no causa el desarrollo de los síntomas de manera inmediata; mas habitualmente, son los eventos estresantes que ocurren más tarde, a lo largo de nuestra existencia, los que pueden reabrir las heridas emocionales almacenadas y dar paso al desarrollo de síntomas correspondientes al síndrome. Esto es común, aunque no imprescindible, cuando las situaciones presentes, son bastante similares desde el punto de vista emocional, a las ya vividas anteriormente.

Muchas investigaciones, han demostrado cómo el cerebro controla realmente el dolor. Todo dolor tiene componentes sensoriales, cognitivos y afectivos (Wager et al., 2004).

El componente sensorial incluye descripciones de cómo se siente el dolor: presión, ardor, punzadas, entumecimiento...

El componente cognitivo es lo que se piensa sobre el dolor: cuál es la causa, si se cree que es temporal o permanente, controlable o superable...

El componente afectivo consiste en los sentimientos y emociones sobre el dolor: el miedo, la preocupación, la ira, el rencor...

Las emociones que habitualmente se almacenan en esta memoria emocional, son el miedo, la ira/rabia/furia/, la culpa y la tristeza o la aflicción.

La clave para comprender el síndrome mente/cuerpo, es la señal de peligro que se enciende en la amígdala cerebral. En las personas que han sido sensibilizadas por el estrés de la vida cotidiana, la amígdala puede reaccionar automática y exageradamente a eventos vitales, que no son realmente peligrosos.

La señal de peligro pone en marcha tanto en el cerebro, como en el resto del cuerpo, una compleja serie de reacciones que dan como resultado dolor, ansiedad, depresión u otros síntomas característicos del síndrome. Tomado en su totalidad, esto se conoce comúnmente como reacción de lucha/huida/parálisis (mecanismo del estrés)

Afortunadamente, el córtex dorsolateral prefrontal y otras áreas que están en la parte consciente del cerebro (en el lóbulo frontal), pueden revertir el círculo vicioso del dolor, controlando las rutas del subconsciente que lo producen.

El córtex dorsolateral prefrontal es tan poderoso, que puede eliminar las experiencias dolorosas.

Cuando se activa el córtex dorsolateral prefrontal, el córtex cingulado anterior (la zona que exacerba el dolor) se desactiva automáticamente, con lo que se reduce aún más el dolor.

Disminuir la actividad del córtex cingulado anterior y del sistema nervioso autónomo, mediante el aumento de la actividad del córtex dorsolateral prefrontal; extinguir los desencadenantes que perpetúan el dolor y disminuir las respuestas emocionales de la amígdala; todo ello, interrumpe el círculo vicioso del dolor, como otros síntomas que se corresponden a estos trastornos cuerpo/mente.

Los procesos que llevan a cabo unos hiperactivos Sistema nervioso autónomo y córtex cingulado anterior, producen unos espasmos y tensión muscular excesiva (desencadenados por una gran variedad de actividades, sustancias químicas y situaciones) y son la causa de la mayoría de dolores de cuello, dolores de espalda, cefaleas tensionales, migrañas, espasmos y molestias intestinales, espasmos de vejiga, dolores corporales extensivos (fibromialgia), y muchas otras condiciones crónicas.

Cuando se tienen algunos de estos síntomas y las pruebas convencionales no identifican ninguna patología médica, estas son buenas noticias, pues no se trata de una enfermedad o patología, sino un síndrome mente/cuerpo y esto, tiene fácil solución:



Desaprender el dolor crónico y reentrenar el cerebro:

Es averiguar qué procesos físicos y psicológicos han contribuido a crear y perpetuar los síntomas, y luego, trabajar en la reprogramación del cerebro con el fin de extinguir el círculo vicioso neurológico, en el que te encuentras atrapado.


Aprende más y entrénate: 

CURSO DESAPRENDE EL DOLOR CRÓNICO- REENTRENA TU CEREBRO

www.centroelim.org
Info. 653936074



¿Para qué este curso?

Para conocer sobre cómo funciona el cerebro, los mecanismos del dolor, el para qué del dolor, desde la biología, la psicología, las neurociencias…

Aprender a ir a la causa del síndrome, las conexiones nerviosas dolorosas que han sido aprendidas por el cuerpo-mente; y desaprenderlas.

Se propone en este curso una gran cantidad de ejercicios para que puedas implementar en tu día a día.

Basado en mi propia experiencia con el dolor crónico y las investigaciones en este campo de médicos de trayectoria como el Dr. Schubiner (certificado en pediatría, medicina adolescente y medicina interna. Profesor titular en la Universidad Estatal de Wayne durante 18 años, trabaja en el Hospital Providence en Southfield, MI. El Dr. Schubiner enseña Meditación de atención plena, que ayuda a las personas a sobrellevar el estrés y las ansiedades de la vida diaria.

Es el fundador y director del Programa de Medicina Mente y Cuerpo en el Hospital Providence. Este programa utiliza las metodologías de investigación más actuales para tratar a las personas que padecen el síndrome de mente y cuerpo (MBS) o el síndrome de miositis por tensión (TMS) según lo descrito por el Dr. John Sarno.

El curso también está basado en las investigaciones del Dr. Sarno (se graduó en el colegio de médicos y cirujanos de la Universidad de Columbia en 1950. En 1965 fue nombrado director del Departamento de Medicina Ambulatoria en el Instituto Rusk.

Es el creador del método de diagnóstico y tratamiento del Síndrome de miositis tensional o Neuromuscular SMT o TMS por sus siglas en inglés (síndrome mente/cuerpo), el cual no ha sido oficialmente aceptado por parte de la medicina convencional.

Sarno aseguró haber tratado exitosamente a más de diez mil pacientes en el Instituto Rusk de Nueva York, lo que según él, evidencia la veracidad de su teoría y la efectividad de su tratamiento, incluso en pacientes con fibromialgia.

Su obra más reciente, escrita en colaboración con otros doctores, abarca el espectro total de los procesos fisiológicos mente-cuerpo y en sus antecedentes históricos dentro de la ciencia médica.)

También nos basamos en las investigaciones de las neurociencias y de las psicologías.


Has de comprender que un proceso terapéutico requiere compromiso, entusiasmo, amabilidad con uno mismo, entrenamiento para desaprender los patrones y creencias limitantes, sanar las heridas que mantienen encerradas las emociones de manera inconsciente y aprender a gestionar las emociones saludablemente, crear nuevas maneras de estar en la vida.





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