sábado, 17 de abril de 2021

Atención Plena- Mindfulness


La mente, suele funcionar de una manera automática, condicionada por los programas aprendidos en la niñez y durante nuestra vida, de manera que funciona reaccionando a los estímulos según los juzgue como “negativos o positivos”, según vayan a favor o en contra de lo que desea.

La mente funciona proyectando en el futuro la solución a sus problemas, pero basada en la experiencia pasada, escapándose del presente.
Cuando practicamos mindfulness, la mente está en el presente, somos conscientes de cada momento que vivimos, percibimos lo que ocurre como nuevo, sin compararlo con experiencias anteriores, así, no reaccionamos de manera automática y condicionada, y nos vamos desprendiendo de hábitos que tenemos muy arraigados en nosotros.

Se trata de aceptar cada experiencia sin juzgarla como buena o mala, sin darles un valor de acuerdo a experiencias anteriores, como un observador imparcial, y no se trata de ser indiferentes ante lo que nos sucede, sino, observar de manera objetiva la situación, aceptándola como es, sin dejarnos llevar por las emociones, actuando adecuadamente.

Tengamos en cuenta que, el dolor forma parte de la vida, muchas veces vivimos situaciones que son difíciles y que no podemos cambiar, pero sí podemos elegir una nueva manera de afrontarlas.

Si sólo reaccionamos ante los acontecimientos, entonces actuamos como de costumbre, pero si tratamos de vivir el presente, con atención, sin actuar de manera mecánica, podemos responder con calma ante cualquier situación, soltando poco a poco los hábitos y condicionamientos con los que reaccionamos por costumbre.



Ejercicio de atención a las sensaciones corporales

Elige un sitio tranquilo, siéntate cómodamente, cierra los ojos y nota lo que se siente al estar en tu cuerpo.

Fíjate en las sensaciones del cuerpo, cómo van y cómo vienen, sin prestar atención a ninguna de ellas en particular.

Si es una sensación agradable, percíbela y déjala ir.

Si es desagradable, también la percibes y la dejas ir.

¿Quizá sientes calor en las manos, presión sobre el asiento, hormigueos en la frente? Observa estas sensaciones como una madre miraría a su bebé recién nacido, preguntándose qué es lo que siente.

Observa lo que aparezca, una sensación tras otra.

Tómate tiempo.

Después de cinco minutos, abre los ojos lentamente.



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