miércoles, 9 de diciembre de 2020

La Relajación

 

La relajación es un estado en el cual controlamos nuestro cuerpo y nuestra mente a voluntad, además, podemos aprovechar este estado para lograr determinados objetivos.

Cualquier técnica de relajación o meditación, busca reducir la hiperactividad mental, el incansable flujo de pensamientos que acuden a ella. 

La mente es un instrumento muy necesario para desenvolverse en la vida, pero no es saludable permitir que nos domine.

El estado mental se refleja en nuestro estado físico. Comprobamos que las personas más tensas y estresadas, que no saben controlar su mente, y que viven muy aceleradas, reaccionan de manera diferente ante los mismos problemas, que las personas más calmas, relajadas.

El estado de tensión continua, nos lleva al estrés, desencadenando problemas hormonales, nerviosos, cardíacos, de comportamiento, etc., y hasta enfermedades. 

Para mantener la salud o recuperarla, si ya la hemos perdido, hay que aprender a encauzar el flujo mental y dirigirlo en una dirección establecida; el cuerpo (sistemas nervioso, hormonal, circulatorio, respiratorio, etc), seguirá el patrón indicado por la mente. Mente calma, cuerpo relajado; mente acelerada, cuerpo tenso y rígido y acelerado.

Las investigaciones en el campo de las neurociencias, relacionan nuestro estado psico/físico con las enfermedades. 

La relajación es básicamente un estado determinado de la mente y del cuerpo durante el cual muchas funciones fisiológicas se modifican, principalmente el sistema nervioso simpático, que se torna más lento en su actividad y el parasimpático, el cual la aumenta.

El sistema nervioso simpático tiene que ver con el aumento de la actividad cardíaca y de la presión sanguínea, etc.; cuando este sistema disminuye su actividad, la presión sanguínea se reduce y también lo hace la frecuencia cardíaca. También se relaja el tono muscular, la respiración se hace más profunda y regular, en general mejoran las funciones de los distintos órganos internos, se duerme mejor, ect.

El simpático se encarga de la actividad diurna y del movimiento, y el parasimpático se activa preferentemente de noche y es el encargado de la reconstrucción celular.

Básicamente la relajación induce un estado de predominio del sistema nervioso parasimpático.

A nivel del cerebro se produce un cambio en las ondas cerebrales desde el estado beta (frecuencia cerebral de la vigilia) al estado alfa (frecuencia cerebral de relajación profunda). 

También se ven afectadas las hormonas y demás sustancias químicas según la frecuencia a la que funcione el cerebro, influyendo en nuestro estado de ánimo.

Técnicas de relajación hay varias, y lo que tienen en común el tratar de centrar la mente, que no sea dominada por la gran cantidad de pensamientos.



El término Relajación, proviene del latín: Relaxare, y significa "liberar al prisionero", es preciso liberar los pensamientos. aprendiendo a verlos aparecer y desaparecer libremente, sin esfuerzo, dándonos cuenta que, si no intervenimos, se desvanecerán.


Los pensamientos son como un tren en la estación, pronto a partir:

"Tú estás en el andén de la estación,

"Tú no tomas ese tren...lo saludas y lo dejas pasar..." 


Los pensamientos partirán completamente solos, como vinieron, y tú seguirás siendo el mismo, observando apaciblemente. Esta relajación del pensamiento, producirá efectos beneficiosos, ya que "purifica" la mente; ésta, saneada de escombros, resulta ser más eficaz cuando se requiere su contribución, y, el cuerpo, será el primer beneficiado de esta flexibilización del mundo psíquico.




Los efectos de la relajación son muchos, algunos de ellos: 

  • Descanso profundo a nivel celular.
  • Control y manejo del estrés, de la ansiedad.
  • Mejora el sueño.
  • Equilibrio del sistema nervioso autónomo.
  • Eliminación de hábitos indeseados, temores.
  • Desarrollo de la creatividad.
  • Facilita el contacto con el subconsciente.
  • Es excelente en la recuperación de enfermedades.
  • Disminución de la velocidad de envejecimiento.
  • Mejora y aumenta la capacidad de aprendizaje.
  • Mejora la memoria.
  • Descenso de la tensión sanguínea.
  • Silencio interior.

Consejos para practicarla:

Es muy importante que el ambiente sea agradable, con la temperatura adecuada, evitar estímulos exteriores que puedan distraernos, como ruidos de la calle, teléfonos, etc.

Puede ayudar la música relajante, algún incienso  o aceites esenciales de aromaterapia.

Nos tenemos que predisponer a entrar en un estado de calma y ecuanimidad, abandonando hechos del pasado y sin pensar que tenemos que hacer luego, en el futuro; se trata de estar presentes, en el aquí y ahora.

Buscaremos una postura cómoda, tumbados o sentados, con la espalda recta.

Por unos momentos observamos cómo estamos en este momento, enfocando la mente en el presente, sintiendo la respiración y recorriendo cada parte del cuerpo para soltar, aflojar las tensiones.

La respiración, es muy importante, es la puerta de entrada hacia la relajación, es un acto natural que nos acompaña durante toda la vida, sin tener que pensar en ella.

Durante la respiración, tomamos oxígeno y eliminamos dióxido de carbono.

Para relajarse, se trata de hacer la respiración de manera consciente.

Cuando la hacemos de manera consciente, aportamos mayor energía al organismo. Donde posamos la atención, aumenta la energía.

Empezamos a respirar lenta y profundamente, sin forzar mucho la inspiración.

Mientras inspiramos dejamos la atención en el recorrido del aire desde que entra por las fosas nasales, como pasa por la laringe y como llega a los pulmones, expandiéndolos y movilizando toda la caja torácica, el abdomen y el resto del cuerpo; la atención a las distintas sensaciones que percibimos.

Al exhalar observamos como se relaja el abdomen y la caja torácica, como los pulmones vuelven a su volumen normal, como el aire recorre el camino inverso al salir hacia el exterior por la laringe y finalmente por las fosas nasales.

Comprobamos como nos relajamos por el solo hecho de respirar calmadamente.

Luego procedemos a recorrer mentalmente cada parte del cuerpo con la consigna de "soltar" las tensiones que vayamos registrando, puede ayudar mucho una grabación de alguna relajación guiada, por lo menos al principio, hasta que uno aprende a realizarla solo.

Relajado el cuerpo, la mente tiende a serenarse, aquietarse, recibiendo mensajes del cuerpo de "orden, calma" . Con la mente serena, tranquila se puede a provechar a realizar una visualización, para completar la relajación.

Al terminar una relajación, no debemos hacerlo de manera brusca, sino, poco a poco, vamos saliendo del estado movilizando lentamente el cuerpo, comenzando por las partes más extremas (dedos de pies y manos, cabeza) y así, poco a poco, movilizando el resto del cuerpo, estirándose, balanceándose, etc. 

Luego, es bueno procurar evocar en algunos momentos del día, el estado logrado durante la relajación, para que se vaya convirtiendo en un hábito saludable, que nos sacará de apuro en situaciones difíciles. 



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