lunes, 9 de diciembre de 2019

Yoga- interacción mente/cuerpo


Aunque no podamos practicar el Yoga en el sentido estricto, ortodoxo, tradicional en Oriente, podemos aprovechar muchas de sus prácticas para esta tranquilidad, para cicatrizar las lesiones de nuestro interior, los traumatismos que nos produce la vida de constante shock con el mundo externo. 

El Yoga puede ayudarnos a curar lo que está lesionado. Ahora bien, ¿Cuáles son esas lesiones?. Los males producidos por la tensión abarcan a todo el hombre, es decir, a sus distintos niveles: 

1. El cuerpo 

La tensión en que vivimos se suele instalar en algún órgano concreto, impidiéndole su perfecto funcionamiento. En unas personas será el estómago, en otras la cabeza, en otras la presión arterial, etc.; cada cual tiene su punto débil, de menor resistencia, que se resiente como efecto de la tensión sostenida. Son manifestaciones nerviosas el insomnio, las neuralgias, los trastornos digestivos y las úlceras gástricas o duodenales, síntomas todos ellos reveladores, no de una enfermedad específica, sino de un mal que afecta a todo el hombre y es expresado a través de todo el organismo. Con la práctica del yoga, encontraremos la forma de conseguir la tranquilización de la tensión nerviosa, y con ella la normalización de todas las funciones. 


2. El nivel afectivo 

Estos trastornos físicos provienen en su mayor parte de estados de tensión emocional, que juegan un importantísimo papel en el estado general del hombre. La ausencia de profundización con que vivimos y el estado de tensión nos impiden vivir manifestando en nuestra vida diaria un afecto sincero, espontáneo, profundo y auténtico. La actitud rígida con que vivimos de cara al exterior nos obliga a reprimir nuestra afectividad, que queda inmadura e insatisfecha. Con el Yoga tendremos una herramienta para activarla y hacer circular la energía emocional estancada debido a las represiones. 


3. Nuestro nivel mental 

En primer lugar está perturbado por las continuas preocupaciones que trae consigo el actual ritmo de vida. El instrumento que nos ha de servir para ver, valorar, juzgar y decidir, está siempre agitado, funcionando a gran velocidad, y vive los problemas a medias: se le escapa el paisaje y lo que está detrás del paisaje. 

Además se halla afectado más de lo que le corresponde, debido a que en él repercuten también los estados emocionales, que intenta solucionar racionalmente: las insatisfacciones, angustias, ambiciones, desilusiones, miedos, etc., toda una amplia gama afectiva empuja a la mente, creando una perspectiva parcialmente falsa de los problemas. 

Este contenido emocional, que obra sobre la mente, es, irracional, y por eso, la mente, que es una máquina exacta y funciona por leyes de asociación sacando conclusiones de acuerdo con los datos, nunca llega a resolverlos, porque no cae en la cuenta de incluir entre esos datos los estados emotivos que originan buena parte de sus problemas. 

La tranquilización de la mente vendrá tranquilizando los estados emocionales, o incluyendo los estados emotivos entre los datos cuando se quieren resolver los problemas personales. 

El Yoga, con sus técnicas de disciplina mental, meditación, concentración, relajación, y la practica de la atención total, produce la tranquilización del nivel mental. 

Los ejercicios físicos en occidente, desarrollan solamente los músculos superficiales, con ello es posible volverse un perfecto atleta, con un hermoso físico; en cambio las Asanas (posturas) del yoga están diseñadas especialmente para desarrollar concienzudamente los órganos internos, el hígado, los intestinos, los riñones, el páncreas, los pulmones, etc., y muy especialmente, para llevar un estímulo vivificador al complejo sistema de glándulas endocrinas (timo, tiroides, paratiroides, hipófisis, pineal, suprarrenales, etc.), que juegan un importante papel en el mantenimiento de la salud, en el metabolismo, el crecimiento, y principalmente permitir la armonía y perfecta nutrición de las diferentes células que componen los tejidos de nuestro cuerpo; además de elongar, tonificar los músculos y mantener las articulaciones en buen estado, o mejorarlas en el caso de patologías. 


El yoga tiene en cuenta una triple correlación entre el cuerpo y la mente: 


1- Correlación entre la actitud corporal y los estados mentales. 

Si nos auto-observamos y prestamos también atención a los demás, veremos que en cada estado de ánimo, tendemos a adoptar determinadas posturas, gesticulamos con las manos, con los brazos, la cabeza, las piernas o basculando el cuerpo hacia adelante o hacia atrás, dependiendo del carácter de cada persona. 
Cuando estamos nerviosos, alarmados o tenemos miedo, tendemos a juntar las piernas o entrelazar los pies, de esta manera, uno trata instintivamente de reforzar sus energías, como ocurre cuando tenemos frío, que nos apretamos y encogemos, reduciendo y exponiendo al exterior el mínimo e superficie corporal para conservar el calor interno. Lo contrario ocurre cuando nos sentimos optimistas o eufóricos, o cuando tenemos calor. 

Y lo mismo que sucede con los estados afectivos, inducidos por determinadas posturas y actitudes corporales, pasa con respecto a la energía disponible en el cuerpo. Cuando uno se aísla, junta los pies y cruza las manos, experimenta como enseña el yoga, que se cierra el circuito de energía, disminuyendo nuestra sintonía con el exterior. De ahí que esta postura favorezca la toma de contacto con los procesos interiores. 


2- Correlación entre el tono muscular y el estado mental 

Entendemos por tono muscular la mayor o menor fuerza que estamos haciendo con los músculos en un momento determinado. 
Cuando estamos preocupados, podemos observar que tensamos algún músculo del cuerpo, al adoptar esa actitud mental tensa, vemos que la tensión se fija en diferentes puntos del cuerpo. 

Solemos oprimir el plexo solar (que es como "nuestro cerebro abdominal"), en él repercuten las emociones de miedo y alegría, además contraemos los músculos de la zona, oprimiendo el vientre, paralelamente a esas contracciones abdominales, se contraen otras zonas que varían según las personas: unas contraen los brazos, otras las piernas, la nuca, los hombros; y a veces, llegan a quedar afectados por una contracción permanente, aunque el sujeto no sea consciente de ella, por ser habitual, se trata de un reflejo condicionado, que se traduce en una pérdida innecesaria de energía. 

Esto lo vemos fácilmente cuando tenemos un exámen, nos tensamos tanto, que aunque leemos, no nos enteramos de nada. Para que la mente esté receptiva y abierta, ante situaciones difíciles, debemos estar relajados. 

Gracias al yoga, podemos contrarrestar las posturas externas e internas deficientes, que con frecuencia adoptamos. Podemos aliviar las contracturas inconscientes, ya que muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta que estamos tensos. 
La persona suele volverse inconsciente a las sensaciones y percepciones que se mantiene cierto tiempo en su conciencia; llega un momento, que el estímulo, aunque sigue actuando, deja de ser percibido conscientemente. 

Así por ejemplo, al caminar, no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo, la mente ya está acostumbrada y sigue el ritmo del movimiento de las piernas, pero si alteramos la marcha, entonces, si que lo percibimos. 

En el yoga, se hace funcionar un grupo de músculos, mientras los demás permanecen descansados, para lo cual debemos mantener la mente alerta, vigilante, procurando aumentar el grado de relajación de los músculos que no se ejercitan, haciendo sólo la fuerza indispensable para sostener la postura. 

Al relajar los músculos, la mente se tranquiliza. 

Por otro lado, al llevar la atención a lo que estamos haciendo, en su aspecto físico , en el movimiento interno, en las sensaciones que percibimos mientras nos movemos, respiramos o descansamos, aumentamos considerablemente el flujo de energía. La energía biológica pasa a través de la mente. 


3- Correlación entre el ritmo respiratorio y los estados de la mente 

Hay un vínculo estrecho entre la mente y el ritmo respiratorio. En la personalidad no hay nada aislado. La personalidad, aunque múltiple en sus manifestaciones, es unitaria en su funcionamiento global. Es la mente la que une, regula, la que integra y dirige la personalidad, no la mente consciente, sino la mente como forma dinámica de todos los niveles. 

Cuando estamos preocupados, respiramos seca y violentamente; el entusiasmo produce una respiración más rápida, haciendo entrar más aire a los pulmones. Todos los estados de ánimo y los mentales, tienen su correspondiente cuadro respiratorio. 
La respiración es como un lenguaje particular, una expresión de nuestra personalidad, la cual se expresa a través de todos los niveles, y cada nivel revela lo que ocurre. 

Una persona con represiones psíquicas, tiene una retención en el ritmo respiratorio que le impide respirar profundamente, tiene una actitud de control y vigilancia que cierra la salida del inconsciente y se traduce en la respiración superficial. 

Aprender a respirar, es aprender a vivir de un modo receptivo, abierto y con un buen funcionamiento en todos los niveles. 

La respiración completa, del yoga es el "sedante natural" para el organismo, y la puerta de entrada a los estados de relajación. 



LA RESPIRACIÓN COMPLETA 



La respiración es un acto natural que ocurre sin que tengamos que pensar en ello; es un mecanismo del cuerpo que permite el intercambio de gases entre el exterior y el interior del cuerpo. Tomamos oxígeno y eliminamos dióxido de carbono. Sin embargo si realizamos la respiración de forma consciente podemos enriquecer el organismo aportándole energía, porque la atención que pongamos en este acto es una energía que dirigimos con la mente hacia un objetivo. 

Se respira sin forzar, mientras inspiramos dejamos la atención en el recorrido del aire desde que entra por las fosas nasales, como pasa por la laringe y como llega a los pulmones, expandiéndolos y movilizando toda la caja torácica, el abdomen y el resto del cuerpo. 

Al exhalar observamos como se relaja el abdomen y la caja torácica, como los pulmones vuelven a su volumen normal, como el aire recorre el camino inverso al salir hacia el exterior por la laringe y finalmente por las fosas nasales. 
Se trata de prestar atención a las sensaciones del cuerpo al inhalar y al exhalar. Esto de por sí, nos induce a la relajación. 

La respiración completa, como su nombre indica, pone en juego tanto el diafragma como las costillas y la parte alta del tórax (zona clavicular). 

La respiración completa es la base del Yoga y sirve para ampliar el pecho, los músculos y pulmones, que normalmente están incompletamente desarrollados, debido a la manera incorrecta y superficial con que respiramos. 

Se realiza sin esfuerzo, porque es la manera natural de respirar, que adoptan los niños o los pueblos “no civilizados”. 

Se denomina completa porque activa la parte inferior de los pulmones y el músculo diafragma (respiración diafragmática o baja), todas las costillas que forman el tórax (respiración torácica o media) y las clavículas y los hombros (respiración alta). 


Podemos realizar este respiración sentados o tumbados sobre la espalda, con la columna vertebral recta, y los ojos cerrados. 

1- Inhalar por las fosas nasales, llenando primero la parte inferior de los pulmones, lo que se obtienen poniendo en juego el diafragma, el cual al descender ejerce una leve presión sobre los órganos abdominales y empuja la pared frontal del abdomen. 

Después se llena la región media de los pulmones, haciendo salir las costillas inferiores, esternón y pecho. 

Luego se llena la parte alta de los pulmones, adelantando la superior del pecho, levantándolo, incluyendo los seis o siete pares de costillas superiores. En el movimiento final, la parte inferior del abdomen se contraerá ligeramente, cuyo movimiento da apoyo a los pulmones y también ayuda a llenar su parte superior. 


2- Retener la respiración algunos segundos. 


3 - Exhalar lentamente por nariz, entrando un poco el abdomen y elevándolo lentamente a medida que el aire sale de los pulmones. Cuando el aire ha sido exhalado completamente, aflojar el pecho y el abdomen. 


4- Mantener los pulmones vacíos unos instantes. 

El movimiento respiratorio es continuo, sin interrupciones, tanto en la inspiración como en la espiración. Se describen en cuatro fases, por razones prácticas. 

Con la respiración completa, todos los órganos del aparato respiratorio entran en acción y todas las partes de los pulmones funcionan al máximo. 


BENEFICIOS: 

- Produce un estado de tranquilidad si hace correctamente y suficientemente despacio. 

- Regula el equilibrio del ph en el cuerpo y esto influye en nuestras reacciones cuando estamos en situaciones de estrés. 

- Incrementa el prana y el oxígeno, sintiéndonos más conscientes y lúcidos. 

- Limpia y purifica la sangre. 

- Ayuda a romper patrones inconscientes no deseados, como adicciones, hábitos, etc. 

-Reduce la acumulación de toxinas en los pulmones. 

- La respiración profunda y consciente, induce a estados de relajación y meditación. 

- Reduce la ansiedad, el miedo, mejora la depresión. 

- Limpia los canales energéticos, elimina bloqueos, favorece el buen funcionamiento del campo electromagnético. 

www.centroelim.org 







No hay comentarios:

Publicar un comentario