miércoles, 2 de junio de 2021

Coherencia Cardiaca


 ¿Qué es la Coherencia Cardiaca?

Cuando nos sentimos en equilibrio y armonía interiormente, en nuestras relaciones, en el trabajo y en nuestra manera de afrontar retos de la vida, estamos en coherencia cardiaca, un estado fisiológico que favorece que se coordinen e interaccionen de forma equilibrada, el corazón, la mente, las emociones y la fisiología: la respiración, la digestión, la respuesta del sistema inmune, la liberación hormonal, etc.

Es el estado fisiológico óptimo que facilita el aprendizaje, el rendimiento, el desarrollo, fomenta el bienestar, mejora las relaciones y los procesos regenerativos naturales del cuerpo.

Con respecto a nuestra fisiología, se produce un tipo de coherencia cuando dos o más sistemas rítmicos del cuerpo, tales como el de la respiración y el del corazón, se sincronizan en la misma frecuencia, lo cual se denomina “coherencia fisiológica”, término que utilizamos también para describir el grado de orden, armonía y estabilidad de las distintas actividades rítmicas que se desarrollan en nuestro cuerpo durante un determinado periodo de tiempo.

Coherencia se parece a resonancia, estar sincronizado o alineado.

Varios científicos sugieren que la calidad y estabilidad de los sentimientos y las emociones que experimentamos, depende del grado de armonía, resonancia y coherencia que predomine en los procesos internos del cuerpo.

Los sentimientos que consideramos positivos, son un reflejo de un sistema coherente, la eficacia de cuyo funcionamiento es directamente proporcional a la fluidez y facilidad con que se desarrollan los procesos.

En cambio, unos modelos de actividad cerebral y nerviosa irregulares y discordantes denotan un organismo incoherente cuyos procesos vitales se caracterizan por la tensión, esa sensación de actividad incoherente se traduce en sensaciones de inquietud y en problemas de inestabilidad, frustración, ansiedad, agobio, impaciencia, etc.

Además de en el cuerpo, el concepto de coherencia se utiliza en el ámbito social, la coherencia social se traduce en relaciones estables y armoniosas en un grupo que permiten que la energía y comunicación fluyan y sean efectivas, lo que es necesario para que predomine la cohesión en el grupo y actué sincronizado. A más coherencia, mas logro de resultados deseados.


El análisis de la variabilidad de la frecuencia cardiaca es una importante herramienta que constituye una manera de comprender la comunicación entre el cerebro y el corazón, y la actividad del SNA (Sistema Nervioso Autónomo).

La coherencia cardiaca, se puede medir analizando la variabilidad de la frecuencia cardiaca-VFC (la frecuencia cardiaca, es la cantidad de veces que el corazón late por minuto y se mide por pulsaciones por minuto-PPM).

La VFC se refiere a las variaciones de tiempo que se producen de forma natural entre cada uno de los pares de pulsaciones, es la que crea los ritmos del corazón y al analizarla detalladamente, estos siguen una serie de modelos que se repiten.

Gran parte de la variabilidad se produce de manera natural (de manera constante incluso cuando dormimos o descansamos) y se debe a que el órgano del corazón y el cerebro están conectados a través del SNA (Sistema Nervioso Autónomo).

Una gran variabilidad es un marcador de buena salud. La variabilidad durante un periodo de 24 horas, varía relacionada con la adaptabilidad y la flexibilidad a los cambios que proponen las situaciones sociales y los retos de la vida; la gente más joven tiene niveles de variabilidad más altos que la gente mayor.

Lo que refleja nuestro estado emocional y el grado de sincronía de los distintos sistemas de nuestro organismo, incluido el cerebro, es el patrón de cambio o el ritmo al que cambia nuestra frecuencia cardiaca de pulsación a pulsación, más que la frecuencia cardiaca en sí.

Desde el punto de vista fisiológico, un estado de coherencia cardiaca es fundamentalmente distinto de un estado de relajación, el cual requiere de una frecuencia cardiaca baja y no necesariamente de un ritmo coherente.

Cuando tenemos la VFC (variabilidad de la frecuencia cardíaca) en coherencia es porque hay una mayor sincronización y coherencia en los centros cerebrales superiores, así como en la actividad de las dos ramas del sistema nervioso autónomo.


Al investigar sobre los últimos hallazgos en los campos de neurología, neurocardiología, psicología, fisiología, bioquímica y biofísica y hacer una síntesis de dichas disciplinas, descubrimos que el órgano del corazón envía información al cerebro y al cuerpo a través de cuatro conductos:

- El sistema de comunicación neurológico (mediante las vías ascendentes del sistema nervioso autónomo)

- La comunicación biofísica (la onda del pulso)

- La bioquímica (el corazón segrega una serie de hormonas)

- El campo electromagnético que genera el corazón.


También descubrimos que nuestras sensaciones afectan tanto a la actividad física del órgano del corazón, como se ven afectadas por ella, así como lo que sentimos constituye la clave para activar la “inteligencia del corazón”.


Investigación cardiocerebral

Recién en la segunda mitad del siglo XX, se comenzó a investigar en profundidad sobre los aspectos fisiológicos de la comunicación cardiocerebral.

Investigación pionera data de los años 60 y 70, los fisiólogos John y Breatrice Lacey, demostraron que las formas en que el corazón se comunica con el cerebro, influyen efectivamente tanto en nuestra percepción del mundo que nos rodea como en la manera en que interactuamos con él.

En 1991 se inaugura el HeartMath Institute, el Dr. J. Andrew Aemour, pionero en neurocardiología, introduce el concepto de heart brain (cerebro del corazón), al descubrir que el órgano del corazón posee su propio, complejo e intrínseco sistema nervioso que hace las veces de un cerebro y que funciona independientemente del cerebro que tenemos en la cabeza.


Dicho “cerebro del corazón”, es capaz de sentir, procesar y codificar información por sí mismo. Hay pruebas que demuestran que es capaz de aprender así como de memorizar a corto y largo plazo, y que dispone de neuroplasticidad.

Asimismo las señales nerviosas ascendentes que el corazón le envía constantemente al cerebro, interactúan y modifican los centros cognitivo y emocional superiores de tal forma que el input cardiaco ejerce una influencia clave y sistemática en los procesos subyacentes a nuestra percepción, cognición y emociones.

A nivel físico, el corazón no solo tiene su propia forma innata de inteligencia sino que, debido a su extensa comunicación con el cerebro y el resto del cuerpo, determina activamente nuestra manera de pensar, sentir y reaccionar a nuestro entorno.

Hoy los científicos tienen muchos más conocimientos sobre las funciones que desempeña el corazón de manera independiente e inteligente, aunque no forman parte del saber de la población general, ni del personal sanitario y otros investigadores.

Algunos de dichos descubrimientos son:

- Antes de que se forme el cerebro en un embrión, el corazón ya comienza a latir.

- Existe una comunicación bidireccional ininterrumpida entre el cerebro y el corazón.

- Es mayor la cantidad de información que el corazón envía al cerebro que la que el cerebro envía al corazón.

- El corazón le envía al cerebro unas señales que le informan de las decisiones que tomamos.

- El corazón ayuda a sincronizar muchos sistemas del cuerpo para que todos ellos puedan funcionar en sincronía.

- Las señales enviadas por el corazón inciden sobre los centros cerebrales relacionados con el pensamiento estratégico, los reflejos y la autorregulación.






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